Las situaciones ante el micrófono y la cámara conllevan inhibiciones, lapsus o incluso desmayos. Pero sobre todo en una situación en la que el ojo (cámara) y el oído (micrófono) están tan cerca, en la que los más pequeños gestos o deslices se hacen evidentes, es crucial irradiar soberanía y confianza manteniendo el bienestar personal. Sólo así se garantiza la autenticidad del orador.
Pierde el miedo al micrófono y a la cámara, y ve a ambos como lo que son: Herramientas para tu autoexpresión personal.